Definimos la Terapia Breve Sistémica como:
Un modelo en el cual se decide “utilizar lo que el paciente trae consigo para satisfacer sus necesidades de modo tal que pueda lograr una vida satisfactoria por sí mismo” Steve de Shazer.
Un modelo en el cual “Los pacientes intentan dominar sus problemas con una estrategia que el terapeuta cambia, porque no es eficaz. Todo lo demás es comentario” Richard Rabkin.
“Aquellos tipos de intervención terapéutica en los que el psicoterapeuta asume la responsabilidad de influir directamente en las personas” Jay Haley.
La TBS es un modelo que se enmarca dentro de las escuelas de terapia familiar sistémica y que bien se podría explicar de la siguiente manera:
Es una Psicoterapia.
Es un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta (persona entrenada para evaluar y generar cambios) y una persona que acude a consultarlo (paciente o cliente) que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida de este último, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos y/o afectos.
Es breve.
Acortar la terapia no significa hacer menos que los tratamientos prolongados al esperar efectos solo paliativos y temporarios, sino por el contrario lograr la perduración del cambio y una mejoría adicional en el menor número de sesiones posible.
Desde esta perspectiva, la brevedad de la terapia se puede explicar con base en las siguientes acepciones:
Focalizada.
El terapeuta utiliza diversos recursos técnicos con el fin de hacer foco en aspectos específicos que permiten acortar la terapia. Uno de los principales es el de definir objetivos claros y precisos que permitan resolver un problema en un número limitado de consultas.
Promedio de sesiones.
El terapeuta no se basa en un número de sesiones ideal e hipotéticamente ilimitado, sino en el promedio de sesiones que sugieren los datos empíricos. Por citar algunos, Weakland (1974) informó mejoramiento significativo en el 72% de los casos en un promedio de 7 sesiones; Fisher (1984) informó un promedio de 10 sesiones en casos de éxito; De Shazer y cols. (1985) informaron 6 sesiones promedio y Rodríguez-Arias y cols. (1990, 1993, 2000 y 2004) y González, M. y cols. (1998) informaron de 4 a 6 sesiones como promedios.
Optimización de recursos.
El terapeuta optimiza los recursos al utilizar lo que el paciente trae consigo a terapia con el fin de satisfacer sus necesidades de modo tal que pueda lograr una vida satisfactoria por sí mismo.
Es sistémica.
A diferencia de las terapias individuales, el abordaje se realiza desde una perspectiva interaccional, es decir, que no focaliza primariamente el mundo interno de las personas, sino sus relaciones. El foco en este modelo se centra sobre el sistema más que sobre el individuo, ya que se parte de la idea de que las dificultades no surgen del interior de los individuos, sino de las relaciones, las interacciones y el lenguaje que se desarrolla entre ellos.
Las diferencias epistemológicas entre los enfoques tradicionales de psicoterapia y la terapia breve sistémica son varias y muy marcadas. En los primeros se parte de una lógica de causalidad lineal, de una concepción normativista que indica que situación/comportamiento es normal o anormal y se orienta primordialmente hacia el pasado. Mientras que en la segunda se parte de una lógica de causalidad circular, de una concepción naturalista que confía en los propios recursos de las personas y con una orientación a futuro.
La terapia breve sistémica se nutre de los siguientes modelos o escuelas:
- Modelo Estratégico (Jay Haley, Cloé Madanes).
- Modelo Interaccional del MRI (Waztlawick, Fish, Weakland y Segal).
- Modelo orientado a soluciones (Steve de Shazer, Insoo Kim Berg, Eve Lipchik).
- Modelo Narrativo (Michael White, David Epston).
- Modelo Estratégico Evolucionado. (Giorgio Nardone, Andrea Fiorenza).
Hasta aquí he tratado de definir la Terapia Breve Sistémica. Me resta decir, parafraseando a Wilde que “es mucho más difícil hablar de una cosa que hacerla”.